Hoy en día hay muchas madres que, por distintos motivos, no pueden o deciden libremente no amamantar. La alternativa a la lactancia natural es la lactancia artificial o “leche de fórmula”, leche para bebés preparada con los nutrientes necesarios para que se desarrollen y crezcan de manera saludable.
A continuación te explicamos de manera más detallada qué es la lactancia artificial, sus ventajas y los trucos para preparar el biberón perfecto.
Qué es la lactancia artificial
Como todos sabemos, la manera recomendada para alimentar a los bebés en los primeros meses de vida es la lactancia natural. Pero a veces dar el pecho no es posible, ya sea por cuestiones físicas o por decisiones personales. La lactancia artificial tiene su origen en la prehistoria, cuando los pueblos mesopotámicos deshidrataban la leche de vaca y cabra para conservarla en polvo y poder consumirla en épocas de menor producción. Pero no fue hasta mediados del siglo XX cuando se comenzó a utilizar tal y como lo hacemos hoy con nuestros bebés.
En este vídeo se explica de manera sencilla qué es la leche de fórmula:
Existen tres tipos de leche de fórmula en el mercado, coincidiendo con las etapas de desarrollo del bebé:
- Inicio o 1: de 0 a 6 meses.
- Continuación o 2: Hasta los 18 meses.
- Crecimiento o 3: Hasta los 3 años.
Ventajas de lalactancia artificial
La opción de la lactancia artificial tiene ciertos beneficios a tener en cuenta:
- Su digestión es un poco más lenta, con lo que la demanda del bebé queda más espaciada en el tiempo.
- Se puede controlar la cantidad ingerida de manera exacta.
- Cualquier persona puede encargarse de la alimentación de la criatura, no es una tarea exclusiva de la madre.
- La madre puede mantener sus hábitos alimenticios sin necesidad de adaptarlos en función de la lactancia.
- La leche de fórmula puede servir como complemento a la lactancia materna, lo que comúnmente se denomina lactancia mixta, a la que se recurre por ejemplo cuando la madre se reincorpora a su puesto de trabajo.
Pautas para dar el biberón
Como con todo lo que tiene que ver con la infancia, con el biberón también hay que ser muy meticuloso a la hora de su preparación y su limpieza, así como con la rutina a seguir para facilitarle al bebé la ingesta del producto para su mejor digestión.
- Preparación: Un dato a tener en cuenta es que todas las leches de fórmula del mercado se preparan de la misma manera. La medida del cacito es estándar y la proporción es de un cacito de polvo por 30 ml de agua hervida o mineral. Según lo que corresponda tomar al bebé, se utilizan más o menos cacitos. Te aconsejamos que, para no confundirte en las medidas y que no salga un biberón demasiado concentrado, siempre eches primero el agua y después añadas la leche en polvo. Para los viajes o paseos en los que tengas que preparar un biberón fuera de casa, existen unos prácticos dispensadores de leche en polvo para que lleves la medida justa y ahorres tiempo en la preparación y espacio en la bolsa del carrito.
- Higiene: La manera tradicional para esterilizar el biberón es hervirlo con bicarbonato durante un minuto, pero existen otros métodos igualmente eficaces para la esterilización como el esterilizador eléctrico o las pastillas disueltas en agua fría. Se recomienda esterilizar los biberones hasta los 6 meses y después se puede lavar como cualquier otro utensilio de cocina.
- Frecuencia: El biberón es el sustitutivo del pecho, con lo que las tomas son las mismas que en la lactancia natural y esto es que el niño decide, come a demanda sin tiempo establecido entre toma y toma. Si bien es cierto que los primeros días de vida de la criatura no deben dejarse pasar más de tres hora entre una toma y otra, poco a poco irá regulándose la frecuencia de manera natural.
- Postura: Como para cualquier actividad que se realiza de manera diaria y regular, la posición siempre debe ser la más cómoda para el bebé y para la persona encargada de darle el biberón. En la lactancia artificial es muy importante prestar atención a la postura del biberón, inclinándolo levemente con la tetina bien llena de leche, evitando la formación de burbujas y los consiguientes gases para el bebé. En el mercado se pueden encontrar muchos tipos de biberones y tetinas con sistemas de flujo de aire para facilitar las tomas.
Los niños alimentados mediante lactancia artificial crecen y se desarrollan de manera totalmente saludable, sin ninguna carencia ni consecuencia posterior. Por suerte, hoy en día existen muchas alternativas para que la crianza y alimentación del bebé sea óptima, teniendo en cuenta además la voluntad de las madres a la hora de decidir qué consideran más apropiado para la alimentación de sus retoños. Y si tienes alguna duda, tu farmacéutico te puede orientar sobre los productos más adecuados para la lactancia artificial.